Esta semana está siendo muy interesante. No es que esté haciendo un montón de cosas, yendo a un montón de reuniones, etc...más bien al contrario. Empecé la semana muy motivado, dándole muchas vueltas a una responsabilidad nueva, tratando de planificar el día, con el agobio de no saber si iba a ser capaz de hacerlo bien. Pero desde el mismo principio de la semana todo se venía abajo. Al final lo que yo iba a hacer lo va a hacer un especialista en la materia. De pronto toda mi planificación y motivación se esfuma. El lunes fué como una travesía del desierto, sentado delante del ordenador tratando de reaccionar y de reordenar las tareas.
En definitiva, el resto de la semana ha estado lleno de reflexiones y he tenido un par de hallazgos. Uno de ellos no es tan hallazgo: necesito metas a corto plazo, si no...desmotivación total. Otro es que las dos primeras horas en la oficina son claves para el resto del día; lo que bien empieza bien acaba...y viceversa.
Probablemente los hallazgos sean archi-sabidos por la mayoría y hasta es posible que yo lo haya oído varias veces, pero nada como descubrirlos por uno mismo. En cuanto a las reflexiones...tal vez piense demasiado.
Me viene a la mente la escena de Ben-Hur, cuando Charton Heston está encadenado al remo y el centurión le dice: " 41, te mantenemos para que remes...rema y vive!" (Mi padre durante la carrera se servía de esta escena para decirme "Te mantengo para que estudies, así que...estudia y vive...41!" ahora me parece muy gracioso y justo, antes no tanto jeje...)
La oficina de hoy en día la veo muy parecida a una galera romana, creo que esta comparación será objeto de un post no muy lejano.
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